Son servicios pastorales que las Hijas de Santa Ana realizan en la Provincia, en Instituciones de terceros o como colaboración en la pastoral Eclesial, para responder a las exigencias y necesidades o carencias sufridas por las personas a nivel Bio-Psico-Espiritual y Social. Las Hijas de Santa Ana expresan así su ser “Ministras de la Misericordia” a favor del cuidado y promoción de la vida.

La Hija de Santa Ana como María la Pobre de Dios se solidariza con la pobreza y los dolores de la humanidad, sirviendo a Cristo en sus miembros con una presencia materna que es respeto por la vida en todas sus manifestaciones y acogida plena y rica de atenciones a las necesidades de cada uno.

• Asistencia a personas enfermas y abandonadas
  • Promover la atención a personas enfermas en los lugares de mayor necesidad tratando de llegar a las personas de las zonas más pobres y alejadas.
  • Formar equipos para la visita a los enfermos a domicilio, a las personas solas, a los enfermos terminales.
• Prevención de la salud
  • Promover campañas de prevención de la salud en general, especialmente de higiene, de concientización al valor de la vida y de la salud, de la armonía entre el cuerpo y el espíritu.
  • Fortalecer la pastoral de la salud y los botiquines parroquiales.
• Sentido y rol de los miembros de la Pastoral de Salud
  • Ayudar a los enfermos a vivir su sufrimiento en espíritu cristiano con serenidad y esperanza.
  • Hacer que los enfermos y sus familias se sientan parte integrante de la Iglesia local.
  • Organizar Celebraciones Eucarísticas o de la Palabra: invitar a las personas a participar de momentos de oración, meditación.
  • Ofrecer la Comunión Eucarística a aquellos que lo pidan.
  • Visitar a los enfermos periódicamente, junto a otras personas y en forma rotativa.