En el año 1912, el Sr. Federico Gallesse, italiano, en gratitud a las atenciones maternas brindadas por las hermanas en el hospital italiano donó un terreno en San Miguel con el fin de que las hermanas tuvieran una casa de reposo y descanso.

En el año 1919, en respuesta a la solicitud que les hiciera el señor Gallese, en nombre de los padres de familia del Distrito de San Miguel, las religiosas de la Congregación Hijas de Santa Ana en el terreno recibido en donación, se construyó una casita financiada con las limosnas de los pobladores y pequeños trabajos de las hermanas; casa llamada “Villa Benedetta”, donde se abre el Noviciado y también una escuela gratuita para niñas pobres del lugar, comenzando con la primera clase de primaria.

El 26 de marzo de 1926, la RM N° 733 daba valor oficial a esta escuelita. Año tras año se fueron incrementando el número de alumnos, lo que hizo necesaria una primera ampliación del local y es en los años 1928 a 1932 cuando se empiezan los trabajos de reconstrucción. Unos años más tarde se adquiere otro terreno donde se edifican pabellones para el internado y otro para la escuela.

En 1937 se obtuvo la autorización para abrir la sección secundaria, haciéndose pequeño el local, porque el alumnado aumentaba, entonces se tuvo que adquirir otro terreno colindante, desde entonces se proyectó la construcción de un nuevo local en este terreno donde se encuentra el actual Colegio Santa Ana-Lima, que fue construido poco a poco, de acuerdo a las necesidades del tiempo; desde entonces las hermanas trabajan en la educación de la niñez y juventud que son en gran número las que concurren a sus aulas, teniendo como su mayor preocupación la formación integral.

Durante estos años, las religiosas han ido plasmando en los corazones de los niños y adolescentes el amor profundo y sincero a Santa Ana, Madre de María Inmaculada; esculpiendo en sus almas el amor por las virtudes típicas de los pobres: pobreza de corazón, sencillez, humildad, prudencia, mansedumbre, esperanza, caridad; orientándolos a ser personas cristianas comprometidas con Dios, su patria y los hermanos más necesitados, acercándose a ellos con corazón tierno y delicado.