El 22 de octubre de 1972, se establece la Casa de oración al lado del noviciado.

Para la Provincia fue satisfacer una exigencia que perfilaba desde hacía tiempo. Con ella se ofrece a las hermanas mayores un lugar de descanso y de oración más continuo y en intimidad con Dios, y a las jóvenes en formación un testimonio precioso de fidelidad.

Las hermanas cada día viven en un espíritu de sacrificio, de oración y de ofrecimientos de los dolores inherentes a la edad, se pueden apreciar día adía.

Diariamente tienen adoración al Santísimo y sus oraciones comunitarias, así también la Eucarística diaria. Y el compartir fraterno que se ve reflejado en el apoyo que cada una se brinda desde su propia fragilidad, viviendo la corresponsabilidad.