La comunidad religiosa de Hijas de Santa Ana, escuchando la llamada del Santo Padre el beato Juan Pablo II, quien se dirigió al pueblo peruano con la frase: “volver los ojos a Ayacucho”; responde a esta necesidad, siendo presencia activa misionera en esta tierra; llegando un 19 de marzo de 1986 forman la primera comunidad: Sor A. Susana Vásquez, Sor A. Rosa Occhi, Sor A. Giglia Müller, Sor A. Zenobia Lovón y Sor A. Yolanda, dedicándose a la formación cristiana de profesores, clases de religión en escuelas estatales, pastoral pre-sacramental en la Parroquia Santa Ana; formación de niños especiales, proveyéndoles también del desayuno.

Después de un año de presencia en ésta ciudad, las hermanas haciendo viva su donación materna, asumen la dirección del Puericultorio Juan Andrés Vivanco Amorín, el 5 de noviembre de 1987, respondiendo a la petición del Obispo del lugar y al clamor de la comunidad ayacuchana, que respondía al problema de orfandad y abandono de los niños a causa del terrorismo.

Muchas generaciones de niños y adolescentes han podido gozar de un clima familiar y de formación integral, que implica proveerle el alimento, el cuidado de su salud, la educación, formación en la fe, promoviendo sus capacidades y talentos con diversos talleres productivos, manuales, deportivos; con el debido respeto y cuidado por la vida.