
¿Alguna vez te has hecho esta pregunta?
Querida joven, alguna vez te has hecho esta pregunta, ¿y yo para que estoy hecha? ¿Qué me hará feliz?
Al hacerte estas preguntas tu corazón joven debe estar cargado de muchas inquietudes, sueños, ilusiones, proyectos, metas, retos desafíos, pero también cargado de desencantos, desilusiones, tristezas, dolores, decepciones y emociones que no siempre encuentran una respuesta. He ahí el desafío para poder encontrar el proyecto de Dios para tu vida, el secreto está en saber leer con sinceridad lo que habita tu corazón.
Todos en un momento de nuestra vida vamos buscando un sentido a todo lo que nos pasa, todos llegamos a preguntarnos ¿Cuál es el sentido de mi vida? Y es que todos hemos nacido para ser felices en el Plan de Dios todo tiene una razón de ser, todo lo que pasa en tu historia personal tiene un propósito, nada es casual, lo importante es descubrirte para que estas hecha, leyendo con sinceridad lo que habita en tu interior. El que te amó desde siempre y desde la eternidad te ha hecho para Amar. Solo desde la experiencia intima con Él podrás descubrir tu lugar en la tierra.
Para ello es importante que tengas un espacio de Oración: “Señor ¿Qué quieres que haga?” Hch 22, 10 La vocación no es algo que tú inventas; es algo que encuentras. No es el plan que tú tienes para tu vida, sino descubrir el proyecto de amistad que Jesús te propone y te invita a realizar. No es principalmente una decisión que tú tomas sino una llamada a la que respondes. Si quieres descubrir tu vocación, dialoga con Jesús. Sólo mediante la oración podrás encontrar lo que Dios quiere de ti. En la oración, el Espíritu Santo afinará tu oído para que puedas escuchar. En el diálogo de amistad con Jesús podrás oír su voz que te llama: “ven y sígueme” (Lc 18, 22); o bien, escucharás que te dice: “vuelve a tu casa y cuenta todo lo que Dios ha hecho por ti” (Lc 8, 39).
Sé valiente, anímate a descubrirlo…